ANTES DE QUE LLEGUE LA BESTIA, DE ENSALLE TEATRO
La sociedad del tiempo perdido Antes de que llegue la bestia
Sobre lo que queda tras nuestro paso
Compañía: Ensalle Teatro. La nave de cambaleo (Aranjuez, Madrid). Estreno: 13 febrero de 2020. Fecha de la crítica: Domingo 17 de enero de 2021.
“Es la devaluación de lo posible, la que proclama la extinción”, dice Artus Rey, se trata de “existir dentro de lo posible”. En el trabajo estrenado por la compañía Ensalle Teatro, ahora en gira, encontramos referencias a la lucha de todo tipo, a la religión y su culpa bajo la cruz, a la huelga, a símbolos que hoy casi se han aplanado a resultas de la presión sobre una sociedad cada vez más desganada en la denuncia de sus derechos, pero cada vez más atroz en la manera de lograr lo inmediato.
Antes de que llegue la bestia, Foto: Bieito Antes de que llegue la bestia, Foto: Antia Perez Iglesias
La bestia, el concepto próximo y diverso que puede atrapar la visión del tiempo y del significado, se une en ese curioso momento en que veo cómo se conectan dos trabajos distantes y suben a escena en poco tiempo, para expresar fines comunes, pero no opuestos. Unas semanas antes de ver la propuesta de la compañía Ensalle Teatro, pasaba por el mismo espacio de Madrid otra de la compañía Inestable, que, a partir de su trayecto escénico, mostraban al público esa cara de la bestia, como hecho ya consignado que implica a cualquiera.
Ahora, en este trabajo creado en Vigo, esa bestia, no igual, pero sí confluyente, propone una mirada descriptiva, que se plasma en texto y movimiento, imagen y expresión múltiple sobre el escenario, de implicación inevitablemente política, inseparable de lo social, pegada a aquello que significamos o con lo que nos cubrimos para justificar la existencia de ese mismo ser, al que se interpone y sobre el que puede cualquiera manifestarse en contra.
La idea desde la que irrumpen en movimiento Raquel Hernández y Artús Rey, expone cualquiera de los puntos de observación que queramos adoptar, porque la bestia que destruye desde arriba acaba por transformar a quienes oprime, en sus pensamientos, en sus iniciativas, llegando incluso a la destrucción de la vida en su concepto más natural, masivamente, a manos de humanos. Pero nos hablan también de la masificación en lo vital y en el pensamiento, y del conformismo frente a lo que pudiera ser. El desarrollo, como ya es habitual en la compañía, se hace completamente a la vista, con la mesa de técnica en el escenario, y con ese escenario casi desnudo, con pocos elementos, salvo alguna proyección, unas máscaras y elementos para la suspensión de uno de sus personajes.
Hay imágenes tremendamente potentes, no sólo en la parte visual, por supuesto en la construcción del movimiento y, sin duda, en los fragmentos de texto que nos incitan a sentir rabia de los resultados, pero también la soledad de la ausencia de palabras en el texto de Raquel Hernández “El silencio era el sonido del tenedor sobre el plato frotando en círculos precisos”, o en el resultado de las acciones de la bestia, el entorno como bestia, el opresor como bestia, nosotr@s (colectiva e individualmente) como bestia “La fábrica de hijos cobardes estrecha el marco, adelgaza la vida y lo llena todo de carteles, carteles de prohibido por todas partes”
El resultado de esa masificación aceptada, del conformismo asumido en la manera de agachar la cabeza o aceptar la propia crucifixión como penitencia por el rechazo, también hablan de la bestia, pero la acción física enmarca con el movimiento y con las figuras que se crean en escena, una interacción que va desde lo costumbrista como denuncia, hasta lo impuesto explicación de esa violencia social.
Encabezan la presentación de su obra con parte de un texto poético introductorio de Leonard Cohen y que ya, en pocos versos, anuncia el resultado de lo que vivimos.
“To the men and women
Who own men and women
those of us meant to be lovers
we will not pardon you
for wasting our bodies and time”
“A los hombres y mujeres
que son dueños de hombres y mujeres
Aquellos de nosotros que deberíamos haber llegado a ser amantes
no os perdonaremos
por desperdiciar nuestros cuerpos y nuestro tiempo”
Ficha técnica
Dirección, iluminación y texto: P. Fresneda
Intérpretes: Raquel Hernández, Artús Rey, Pedro Fresneda
Colaboración artística: Terrorismo de autor, Antoine Forgeron, Sergi
Fäustino
Fotografía: Bieito Rey
Distribución y producción: María Costa
Compañía: Teatro Ensalle
Julio Castro
Crítica publicada en:
La república Cultural